sábado, 19 de mayo de 2007

Dos turisteros conciben un nuevo nicho de oportunidad

-¡Qué obscenidad!

-¡Si, hombre! Felipe “Primero” nos salió más priista que los priistas.

-No, no hablo del Presidente.

-¡Ah, te refieres a los “bisnes” del delegadito de SEMARNAT!

-¡Ése sólo les hizo el trabajo sucio a todos. ¡Mínimo, le van a dar el penthouse del edificio “A” del Grand Fuck-the-Swamp!

-¡Pero si eso ya no se va a construir!

-Dalo por construido.

-¿¡Contra las órdenes del Presidente!?

-No hay ninguna orden. Se trata de un viejo truco para partirle el espinazo a una ley incómoda: El presidente se muestra como el “defensor” más radical de lo “políticamente correcto”; ya si, mientras tanto, alguien, se encarga de desaparecer “de facto” el supuesto “bien protegido”, ya no es su falta.

-Eso ya estaba hecho desde endenantes.

-Pero no estaba resuelto. Si le piden al Presidente que sea árbitro, él, obviamente, va a llevar agua a su molino. En cuanto los “desarrolladores” se deshagan de los socios indeseables, e incluyan a los pertinentes, se va a descubrir que ya no hay vuelta atrás; las maquinitas van a ronronear de nuevo, los quintanarroenses vamos a bendecir la “creación de empleos” y el manglar va a pasar a mejor vida.

-Pero ¿la “legalidad” no es, también, un bien a proteger?

-¡Uh! A ver, convence a los que se rasgan las vestiduras por invertir en el “progreso”.

-Entonces, según tú: ¿el Presidente se va a tragar sus palabras?

-El “Preciso” va a esperar que sus mensajes sean digeridos.

-¡Por lo pronto indigestaron a medio mundo!

-Al final, todos vamos a aceptar que ni el más “campeón del Mangle” puede echar pa’ tras, inversiones “irreversibles”. El presidente se va a ver bien por haber sido “intransigente” y por “ceder”, finalmente, ante los hechos consumados.

-Y, luego, nuestras inocentes autoridades locales, por no “favorecer la competencia desleal”, no podrán negar a unos inversionistas lo que se ha concedido a otros... De Cancún a Chetumal, duro con el manglar

-Tuti contenti

-De veras que: ”¡qué obscenidad!”

-Pero, yo no me refería a esa “obscenidad”.

-¿Hay peooores?

-Me refiero al negocito que me estás proponiendo.

-Yo no te estoy ofreciendo manglar.

-¡Hazte güey!

-¡Se trata de dar información completa al mercado!

-¿Y pretendes que la revista se llame: “Narco Tips”?

-“Safe Narco Tips”.

-¡Ah, vaya, si es “safe” todo cambia!

-Aunque te burles. Se trata justamente de proteger al consumidor.

-¿Quién crees que va querer publicar información clandestina?

-No les vamos a preguntar. Las autoridades saben donde están las 400 tienditas. Nosotros las vamos a clasificar con estrellitas. Eso es todo.

-¿Y quiénes serían nuestros clientes?

-Primero el público consumidor. Después los negocios interesados en colocar publicidad para ese sector y finalmente las tienditas mismas para poder competir con sus rivales.

-Esas tiendas no se están quietas, la tira las acosa constantemente.

-Más a nuestro favor. Podemos crear una dependencia con respecto a nuestras actualizaciones.

-Y ¿qué dirían los anuncios?

-Por ejemplo: “Gramos de a gramo”,... “Huatos non plus ultra”. Ya veremos.

-De plano sientes que vamos a revolucionar el control de calidad ¿verdad?

-Es un mercado. Tiene necesidades de información.

-¿Qué negocios crees que van a querer anunciarse con nosotros?

-¡Chingos!

-¿Cuáles?

-Prostíbulos fuera de la Z de T, traficantes de órganos, de escuincles, de chinos, de cubanas, de cubanos...; sicarios eficientes, terapeutas del estrés. Tendríamos artículos como: “Todo lo que usted necesita saber para elegir escuela bien abastecidas en Cancún”. Podríamos llevar estadísticas de suicidios para registrar las mejoras debidas a nuestros servicios de información...

-¡Vaya, tienes previsto todo un futuro!

-Yo no fui, fueron los cambios ilegales de uso de suelo.

-No tenemos mejor motor de empleos.

-Viéndolo bien, no tenemos otro.

-Que Dios guarde a los delegados de la SEMARNAT.


DIÁLOGOS 44

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