-¿Para?
-Para hacer que finalmente vengan las misses
-No inventes, Castillito.
-Nos conviene a los dos.
-¿Tú piensas, yo chambeo? No, gracias.
-Es muy simple
-ENE, O
-Nada más, deposita por ahí la idea de que la pequeña israelí podría estar en el área arqueológica de Tulum.
-¡No seas perverso, viejo!
-Sería imperativo lavar nuestra imagen.
-Tú crees que yo me voy a prestar a semejante locura....
-Te he dado chance de coger a cielo abierto, cabrón.
-Muchas gracias, Castillito. Se acabó.
-¿Eso es todo? ¿Así es como me vas a corresponder, ingrato?
-Te he traído diversión ¿qué más quieres?
-No necesito tus shows. Yo vi pasar a Grijalva, muchacho.
-Uh, ya vas a empezar.
-Deslumbré a Stephens. Posé para Catherwood.
-¡Dtss! Confiesa que te encanta el piojito que te hacemos mi vieja y yo en todos tus rincones... digo, cuando aquélla se aparece y no anda “en sus días”.
-¡No seas vulgar!
-¡Ay sí!: “A mí, me pisó la princesa de Asturias”, “he salido catorce veces en el nasional Jeografic”....
-Un día sabrás lo que es la soledad, ingrato.
-Nunca, en tu milenaria existencia, habías gozado como el día que te prendimos aquel orgasmo en plena azotea con la luna llena....
-¡Una vez en tu vida, escuincle! ¿De qué presumes?
-No-jodas-a-tus-custodios, montón de piedra.
-¿¡No te das cuenta de que estamos dejando escapar a las noventa rorras más preciosas del planeta!?
-¿Estamos, Kimo Saby?
-Tú eres custodio del INAH. Estarías en primera fila.
-¡Qué ingenuo eres, Castillito! Si esa sesión de fotos se hiciera....
-¿Cuánto te apuestas a que el Gober pone en orden a tu jefa?
-Más a mi favor. Entre los guaruras federales, los estatales y los televisos dando órdenes por todos lados: ¿dónde crees que iba a quedar tu humilde custodio?
-Bueno, ok, ¡hazlo por mí, entonces! Quiero tener algo que me motive, que me sacuda las reumas. Hace años que no dejan que se me paren ni las iguanas. ¡Necesito acción!
-Te puedo leer la odisea de Samos Medina.
-Estoy hasta la coronilla de correrías de mafias.
-Es nuestra última esperanza de tener alguien decente en la policía.
-¿Y qué quieres que yo haga?
-Que le mandes valor e inspiración para volver.
-¿No hay quien ocupe su lugar?
-Un militar.
-¡Es muy peligroso arrastrar al ejército a ese pantano!
-El único que no lo ha entendido es nuestro aprendiz de Napoleón.
-Ya nos fregamos.
-¡Oigan al orgulloso Castillo de Tulum! Estamos al borde de un golpe bonapartista y Él se cruza de brazos.
-Estoy cansado de guerras ¿No entiendes que soy un romántico?
-Entre los turisteros y los verduritas te carcomieron el espíritu, Viejo.
-¿Qué quieres que te diga? Me encantan los trajes de baño, ¡perdóname!
-Estás mal de la azotea.
-¿No me vas a ayudar?
-ENE, O.
-Ingrato.
-¿No te gustaría, por ejemplo, convertirte en guía espiritual de Alcérreca Puche?
-¿De qué la gira, el paisa?
-Olla de puchero.
-Por favor, Custodio. Yo fui oráculo de los Cocomes y los Cahuiches de Mayapán....
-Escúchame. Parece que el hombre quiere ser Rector desde los tiempos en que el constructor de torres y esculturas monumentales lo abandonó a su suerte.... Le anda endulzando el oído a los empresario desde su actual puesto.
-¿Y a mí qué?
-Parece que es poseedor de una nueva fórmula de educación superior que ayudaría mucho a corregir algunas “actitudes” de los estudiantes locales.
-¿Te burlas de mí?
-Se me ocurre que si lo inspiras y hacen mancuerna para lograr que los estudiantes bajen sus pretensiones al nivel de los trabajadores “importados” cubriendo los “miles” de puestos que se ofrecen, tal vez él pueda lograr que los universitarios acepten venir a pasearse en traje de baño a Tulum.
-Estoy viejo, muchacho. Cualquier día me lleva el huracán.
-Es más fácil que te lleve Roberto Hernández.
-Estaría de poca madre. Seguro me mimaría más que el INAH.
DIÁLOGOS 42
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